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domingo, 10 de mayo de 2015

FRAY PEDRO BEDÓN

DIRECCIÓN: Flores 150 y Bolívar (Plaza de Santo Domingo)
TELÉFONO: (593 2) 228 0518
HORARIO: lunes a viernes 09h15 a 13h00 y 14h00 a 16h30/ sábado 09h00 a 13h00
PRECIOS:
Adultos $1,00
Estudiantes y adultos mayores $0,50
Extranjeros $2,00



Los primeros religiosos de la orden dominica se establecen en la Real Audiencia de Quito en el año de 1541, fecha en la que fray Gregorio Zuazo solicita del cabildo quiteño los solares para tal efecto, precisamente en los solares del sector de la Loma Grande se estableció el Convento Máximo. La necesidad de atender los servicios pastorales de la gran cantidad de doctrinas a lo largo de la Real Audiencia, determinó la creación en el convento máximo de San Pedro Mártir y de un seminario en donde se ofrecía formación humanística y sacerdotal.
El convento de Santo Domingo fue fundado en el año de 1541; es considerado el segundo monasterio más antiguo en la historia de Quito. Posee seis retablos y seis patios, los cuales se convirtieron en cuarteles militares durante la Revolución Liberal.
Es importante analizar la contribución del Padre Bedón a las artes quiteñas, no solamente en su aporte personal en la pintura de caballete, pintura mural e ilustración de libros, sino también en la enseñanza de las artes, por lo cual bien puede ser considerado como el primer maestro de la llamada Escuela Quiteña. Cuando reorganizó la Cofradía del Rosario, por su espíritu democrático concedió derechos de igualdad a españoles y criollos, mestizo, indios, mulatos y negros. La docencia artística de Fray Pedro Bedón, puede resumirse en las tres reglas básicas que enseñó: primero el artista debe conocer las bases y reglas del Dibujo; la segunda la práctica y ejercicio constante y la tercera la aplicación de lo conocido y dominado a la obra.
Como lo señala el padre dominico José María Vargas en su obra “Patrimonio Artístico Ecuatoriano”, el decreto que creó la Ley de Patrimonio Artístico de febrero 1945, obligó que con los cuadros y estatuas que poseyeran las órdenes religiosas de San Francisco y Santo Domingo se organizaran en los locales ocupados por las Guardias Civiles sendos museos.
Para el caso del “Museo de Santo Domingo”, se contó con el financiamiento de la Casa de la Cultura y del Municipio de Quito. Los fondos del museo se hallan compuestos fundamentalmente por bienes del propio convento y otros que se han adquirido eventualmente. El museo dominico fue inaugurado en su nuevo local el 6 de Noviembre de 1965. Según el padre Gonzalo Valdivieso, su creación se da en dos etapas; la primera se forma gracias a la iniciativa del padre José María Vargas, quien tomó a su responsabilidad el abrir al público un espacio en el cual este pudiera apreciar invaluable imaginería religiosa que cumplía y cumple aún, con el objetivo de evangelizar al pueblo; el padre Vargas tiene el mérito de recolectar y organizar un gran acervo de pinturas y esculturas de los siglos XVI y XVII que hasta ese momento se hallaban dispersas por cada rincón del convento. Fray José María Vargas contaba además, con el apoyo del padre Luís Tipán Rojas, por aquel entonces Prior del Convento Máximo, con cuya ayuda organizó las obras en un sitio que servía de sala de exposición, con miras de erigir un museo.
El Museo Dominicano se encuentra divido en tres salas, las cuales poseen una gran variedad de obras tanto en pintura como en escultura.

PRIMERA SALA: esta sala describe los inicios del convento de Santo Domingo, muestra esculturas de sus dos fundadores, San Francisco y Santo Domingo. Estas esculturas están elaboradas con la técnica del encolado, fueron elaboradas por Francisco Albán.
Hallamos una escultura de Santo Domingo de Guzmán, realizado por Bernardo de Legarda, un gran maestro de la Escuela Quiteña. Todas estas obras de arte datan del siglo XVIII.


SEGUNDA SALA: esta sala guarda todas las obras que datan del siglo XVII poseen una gran sincretismo, es decir, las piezas poseen tanto una tradición indígena como simbología de la fe católica; es posible hallar influencia árabe ya que los españoles fueron invadidos por los árabes y por esta razón las esculturas tenían esas características.
En esta sala encontramos varias esculturas que poseen ojos de vidrio, fueron talladas en madera y cubiertas con pan de oro.
Aquí podemos observar obras del siglo XIX el cual fue la etapa de la decadencia de la Escuela Quiteña ya que ocurrió la época de la independencia y todo el presupuesto fue utilizado para la guerra.
Una pieza que muestro el ejemplo de la decadencia es la de San Pedro Mártir; es una obra simple que posee un tallado rústico.

TERCERA SALA: Fray Pedro Bedón se convirtió en el padre de la escuela de arte en Quito, a su vez fue considerado como el primer pintor muralista.
La tercera sala posee varias obras que fueron realizadas por el Fray Pedro Bedón. Entre sus trabajos más importantes encontramos: los Libros Corales que poseen una decoración vegetal y una pasta de cuero. Estos libros fueron elaborados en el año de 1688.
Se puede observar cuadros de Miguel de Santiago como La Trinidad, también la escultura más destacada de Bernardo de Legarda, la Virgen de Quito.


REFECTORIO: lugar donde antiguamente los sacerdotes se reunían a comer.
El techo es de madera y se lo denomina Artesonado, posee pinturas que revelan la vida de Santa Catalina de Siena. Alrededor de estas pinturas se encuentran los 54 mártires que murieron por tratar de evangelizar y difundir su religión en diferentes partes del mundo. Tiene un púlpito que lo utilizaban para leer la Biblia mientras los demás comían, se decía que “mientras comía el cuerpo, el espíritu también lo hacía”.
Aquí se encuentra una hermosa sillería compuesta por altos relieves que fueron elaborados en el siglo XVI.


En los corredores de este gran convento encontramos obras de: Víctor Mideros, Fray Enrique Mideros. Una de las obras más importantes de Fray Enrique es “Jesús Obrero”, la cual representa la unión del comercio entre las regiones del Ecuador.



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