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martes, 12 de mayo de 2015

MUSEO ARQUEOLÓGICO RUMICUCHO

DIRECCIÓN: 4 km al norte de la población de San Antonio, en el extremo oriental de una planicie limitada por los cerros de la Providencia y Catequilla (este) y La Marca y Padre Rumi (oeste).
HORARIO: De Lunes a Domingo 10:00 a 22:00
PRECIO: $4,00


El Pucará de Rumicucho también conocido con el nombre de Lulumbamba, fue construido por los incas entre 1480 y 1500. Se les atribuye a ellos su construcción porque los materiales arqueológicos revelan presencia incaica: en los bordes de cada terraza se construyeron muros de pirca utilizando piedra andesita, unida con argamasa de tierra y cascajo de pómez.
Esta misma técnica se utilizó  para la construcción de los espacios del interior del pucará, que en la época de uso debieron tener techo de madera y paja. Como ya se mencionó, no se descarta también la ocupación de pobladores nativos ya que en el sitio se han hallado testimonios de ocupación simultánea de señoríos de la zona: Quitus y Caranquis principalmente.


Rumicucho significa «rincón de piedra» y antiguamente era llamado Lulumbamba o «planicie fértil», nombres dados por su privilegiada ubicación sobre la colina de forma oblonga y a desnivel que permitió la construcción del espacio aterrazado, para lo que también se realizaron modificaciones intencionales a la superficie. Sobre una colina natural de aproximadamente 600 metros de largo, 150 metros de ancho y 24 metros de altura, se modificó el área para conseguir esta estructura piramidal caracterizada por sus espacios horizontales o terrazas.
Este pucará tiene una distribución alargada en dirección norte sur. El espacio arquitectónico de Rumicucho presenta cinco espacios horizontales o terrazas que poseen diferentes formas y tamaños, siendo las más comunes las formas rectangulares, circulares, y cuadrangulares. Según las investigaciones el espacio del pucará se distribuyó en tres áreas bien marcadas: una ceremonial, en la tercera terraza; un espacio de consumo de alimentos y probable lugar ritual, en la segunda y primera terraza; mientras que la quinta terraza y los espacios laterales fueron domésticos y habitacionales.
La mayoría de pucarás distribuidos a lo largo de la región andina han tenido fines militares y de observatorio. En el caso de esta majestuosa construcción, según se desprende del párrafo anterior, se la usó con varios fines. El primordial fue el fin estratégico-militar, y en segundo lugar fue usado como espacio de actividad ritual, esto último en especial por su cercanía con la Mitad del Mundo. Además, las investigaciones insisten en su ocupación habitacional por la evidencia de cerámica, restos de animales, y utensilios de uso diario, que presuponen la existencia de una  gran cantidad de ocupantes, entre Incas y pueblos nativos de la zona, como los Caranquis, Quitus, Panzaleos y Cuasmal.
La población asentada en este lugar, a más de cumplir labores relacionadas con la subsistencia y actividades militares, se dedicaba a la elaboración de tejidos ya que se han encontrado variedad de herramientas textiles elaboradas en hueso de camélido, principalmente de llamas.
 Desde Rumicucho se pueden observar los cerros de La Marca y el Cayambe, elevaciones que forman una línea horizontal en sentido este-oeste por donde atraviesa el sol durante el equinoccio. Por esto se cree que el pucará de Rumicucho fue también un lugar de adoración al Sol y observatorio astronómico.


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