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domingo, 10 de mayo de 2015

ARTE COLONIAL

DIRECCIÓN: Sector: El Tejar, frente al Convento de La Merced, Calles Cuenca y Mejía.
TELÉFONO: (593 2) 228 2297
HORARIO: martes a sábado 09h30 a 17h00
PRECIOS:
Extranjeros $ 2
Nacionales $ 1
Estudiantes nacionales $ 0,50
Personas con capacidades especiales y tercera edad $ 0,50
Estudiantes extranjeros con tarjeta internacional $ 1, menores de 12 años entrada libre


El Museo de Arte Colonial fue creado como colección permanente en 1914 por el entonces Ministro de Educación Manuel María Sánchez, ubicándose en la casa que mantenía la Escuela de Bellas Artes en el parque de La Alameda. Posteriormente el Museo fue trasladado al foyer del Teatro Sucre en donde funcionó hasta 1938, movilizándose posteriormente a la quinta presidencial. En 1943, por Decreto Ejecutivo del Gobierno Nacional se adquiere la casa del Dr. Ángel Sáenz en donde comienza a funcionar el Museo con la categoría de Nacional. En 1948, luego de la creación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, se adscribe el Museo a la Institución.
Al empezar su vida como parte de esta entidad cultural, se constituyó en el centro intelectual de la urbe quiteña y en sus salas se realizaron las exposiciones temporales más importantes de la época, tanto a nivel nacional como internacional; varias veces sus espacios fueron la sede del Salón Mariano Aguilera.

COLECCIONES:

El recorrido empieza en los siglos XV y XVI periodo particularmente difícil para nuestras etnias aborígenes que sufrieron dos conquistas casi al unísono; primero la incaica y que dejo profunda huella en lo político-social y manifestaciones culturales de entonces y de inmediato, la llegada de los españoles protagonizó una serie de convulsiones y enfrentamientos feroces entre aborígenes e incas y entre incas y españoles y españoles entre sí.


Estas obras representan el origen de nuestra nacionalidad mestiza: el aríbalo inca que representa la fusión cultural de nuestros antiguos pueblos regados por la geografía del actual Ecuador en cacicazgos o señoríos como los Quitus-Caras, Cañaris, Puruhaes, etc., entonces en procura de integrarse como nación.
La escultura en madera policromada de Carlos V nieto de los reyes católicos que apoyaron la empresa de Colón para llegar a América, fue el emperador más poderoso de ese tiempo dueño de un vasto imperio en la vieja Europa y la recién conquistada América; expidió las leyes para regular el levantamiento de las ciudades en la conquistada América; empresa que se dio en cuanto cedieron los enfrentamientos y los quince siglos de cultura española irrumpió poderosamente dentro de la conciencia del hombre andino.
La muerte de Atahualpa significó el principio del el fin del gran imperio que levantaron los incas en la América Andina.
Las primeras casas coloniales tienen un claro origen romano adoptado de las viviendas andaluzas, siguiendo las ordenanzas de Sevilla, como fueron frailes los primeros que planificaron las mansiones quiteñas, las levantaron a modo de mínimos conventos; generalmente, mostraban una fachada simple, tenían un solo piso, un amplio patio central, y a su alrededor galerías porticadas; el acceso a la calle lo hacían por el zaguán. Tal es el estilo de este museo.
Hacia el siglo XVIII las casas más ricas tenían dos pisos y se esmeraban en el trabajo de la fachada, el lujo se fue poniendo de manifiesto en la madera de los canecillos, las ventanas y los balcones, el estuco en forma de casetones cubría los cielos rasos.
Poco a poco Quito fue tomando el señorío característico con las construcciones de sus templos y monasterios y las casas solariegas de los ricos encomenderos.

La primigenia villa de Quito, nace políticamente como cede de la Real Audiencia, controlada regionalmente por los Virreinatos de Nueva Granada al norte y de Lima al Sur, llamándose por tanto a este periodo Virreinal.
El Museo gira sobre la Vida y el Arte en el Quito de la época virreinal; se analiza la ciudad y sus vivencias en ese período, cuyo eje dinamizador de la sociedad y el arte es la marcada religiosidad de la época, expresada en sus costumbres, devociones y festividades.
La primera colección que conformó el Museo fue adquirida al señor Pacífico Chiriboga, posteriormente se incrementó con obras que pertenecieron a los señores Alfredo Flores y Caamaño, Carlos Ashton, Carlos Fierro, Luis Veloz entre otros. Sus colecciones que datan de los siglos XVI, XVII, XVIII y principios del XIX, forman parte del tesoro artístico del Patrimonio Nacional.



El museo cuenta con siete salas permanentes y cuatro salas de exposición temporal, posee entre sus bienes obras únicas de incalculable valor patrimonial, destacándose entre ellas la serie de Las Estaciones y la Virgen de la Flores atribuidas a Miguel de Santiago; pinturas firmadas por Bernardo Rodríguez, Manuel Samaniego, Francisco Albán, Antonio Salas, Joaquín Pinto, entre otras. El museo exhibe en sus salas importantes esculturas atribuidas a destacados artistas como “Pampite”, “Caspicara”, “Legarda”, entre otros.
Aquí se encuentra la mayor colección de miniaturas en pintura y escultura del país, de origen asiático y nacional, que datan de fines del XVIII y comienzos del XIX, muchas de ellas trabajadas en marfil, tagua, corozo y madera. Cuenta entre sus bienes patrimoniales con piezas de orfebrería elaboradas en el período virreinal y cerámica quiteña producida en el último cuarto del siglo XVIII.

Santa Rosa de Lima. Bernardo de Legarda
Custodia también un interesante mobiliario, conformado por escritorios, arquillas, baúles, sillones fraileros, etc; elaborados con las técnicas de la taracea y marquetería en marfil, concha nácar, carey y madera y otros objetos decorados con la técnica del barniz de Pasto. Este mobiliario perteneció al Palacio Nacional y fue donado al Museo por el Presidente Galo Plaza Lasso.

LA CASA:
Se desconoce quiénes fueron sus primeros dueños y la fecha exacta de construcción de la casa. En 1593 el propietario fue Alonso de Troya Pinque, rico mercader panameño, cuya esposa al quedar viuda fundó en esta ciudad el monasterio de clausura de Santa Catalina de Siena. Su hijo Cristóbal de Troya, fue el Fundador de Ibarra.
A principios del siglo XVII la casa perteneció a Francisca de Tello, quien al testar la dejó como heredera a su hija Jerónima de Paz y Jaramillo. En el censo de 1797 se registra como propiedad de Tomás de Villacís, sobrino nieto del acaudalado comisario y caballero de la orden de Santiago, Francisco de Villacís. En el siglo XVIII la casa perteneció a José Miguel Murgueytio, José Pío Escudero y su esposa Antonia Carrión, Mariano Gangotena y Juana Álvarez de Gangotena, Tomás Álvarez, Reinaldo y Filoteo Samaniego, quienes la vendieron al doctor Ángel Sáenz.
La casa está ubicada frente del Convento de la Merced, en el sector de los tejares, en la calle Cuenca, conocida también como del Cajón de Agua. Originalmente la casa ocupó una mayor extensión, dividiéndose en el siglo XIX en dos propiedades.

TIPOLOGIA DE COLECCIONES:
Pinturas, esculturas, mobiliario, orfebrería, cerámica y numismática de los siglos XVI a principios del siglo XIX.


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