DIRECCIÓN: calle Venezuela y
Espejo
HORARIO: lunes a sábado: de 09:30
a 17:00
COSTO: $ 1,50 Adultos; Niños y
Tercera Edad $1,00
La Catedral de Quito constituye
el templo mayor del gobierno del clero secular y de los arzobispos, obispos y
otras dignidades eclesiásticas y es el templo en el que se realizan los Te
Deums u ordenación del clero secular y otras ceremonias religiosas importantes.
Pasaje Espejo, entre las calles
Venezuela y García Moreno, ocupando casi una cuadra.
Fecha de Construcción
Fundada en el siglo XV, en el año
1.535, su origen fue humilde, las paredes eran de barro y la cubierta de paja.
En 1.545, fue nombrada Catedral y en 1.562 se la derribó para reconstruirla con
bases de piedra y cubierta de tejas. La construcción de la iglesia culminó en
1.806, por obra del Presidente de la Real Audiencia, Barón Héctor de
Carondelet.
DESCRIPCIÓN
En esta construcción se observan
varios estilos como el barroco, mudéjar, rococó, neogótico y neoclásico. Posee
una importante colección de obras de arte, pinturas y esculturas realizadas por
importantes artistas de la época colonial y republicana.
Hasta mediados del siglo XVI. la
catedral de Quito era de tapias y cubierta de paja. Entonces comenzó la iglesia
actual el obispo García Díaz Arias, y la continuó el siguiente obispo gran
constructor, Pedro Rodríguez de Aguayo.
Numerosos y preciados tesoros tiene
La Catedral quiteña, tan modesta en apariencia: "La sabana santa",
una de las obras más armoniosas e intensas de Caspicara; la Inmaculada de
Legarda; el grupo de la negación de San Pedro, atribuido al Padre Carlos; el
lienzo de la Muerte de la Virgen de Miguel de Santiago, puesto en el muro del
trascoro y la serie de retratos de obispos que adorna los muros de la sala del
capítulo son los más dignos de verse.
Uno de los acontecimientos que se
suscitó en este templo fue la muerte del Obispo de Quito de esa época, José
Ignacio Barba, quien en la misa del Viernes Santo del 30 de marzo de 1.877 fue
envenenado con estricnina disuelta en el vino de consagrar.
El interior se caracteriza por la
influencia mudéjar de la primera etapa, planta de tres naves longitudinales y
una pequeña transversal en la parte posterior del coro, arcos apuntados y un
artesonado de influencia mudéjar.
• En
el interior de la iglesia hay algunas capillas con hermosas imágenes de la
escuela quiteña
• Aquí
en una pequeña y austera capilla descansan los restos del Mariscal Antonio José
de Sucre.
• En
el interior de la iglesia se encuentra también una escultura del primer
Presidente de la República, Juan José Flores.
En la Capilla del Sagrario, Sala
del Tesoro y Sala Capitular existen tesoros artísticos de orfebrería,
ornamentos y libros variados. También se ubican aquí mausoleos del Mariscal
Antonio José de Sucre y de los presidentes Gabriel García Moreno y Juan José
Flores.
LEYENDAS
Don Ramón y el Gallito de la
Catedral
Don Ramón era un quiteño rico y
hacendado a quien le gustaba vivir con los lujos y placeres de un verdadero
rey. Muy temprano en la mañana desayunaba exquisitos manjares entre los que no
podía faltar la leche recién ordeñada, varios huevos y el chocolate caliente.
Luego dormía la siesta y después de descansar almorzaba para tomar fuerzas y
salir a la calle siempre vestido con elegancia y envuelto en perfume.
En sus idas y venidas pasaba
siempre en frente de la Catedral, en cuya cúpula reposa un gallito de hierro
que era el blanco favorito de los desplantes y burlas de Don Ramón.
Qué disparate de gallito, decía
el orgulloso hombre antes de enrumbarse a la cantina de Doña Mariana, una chola
quiteña famosa por su belleza y sus mistelas, un suave licor de sabor dulce que
era el favorito de Don Ramón.
Una noche, después de exagerar
con las mistelas, Don Ramón se dirigió a su casa y como de costumbre se detuvo
frente al gallo de la Catedral y como era usual, empezó con sus fanfarronadas.
Para mí no hay gallos que valgan,
gritaba Don Ramón parado en frente de la Catedral.
Tontera de gallo, vociferaba
iracundo cuando sintió que el gallo bajaba desde la cúpula y de un espuelazo le
tumbaba al suelo.
Prométeme que no volverás a
beber, le dijo el gallo mientras picoteaba a Don Ramón que asustado prometió no
volver ni siquiera a tomar agua ni a insultar al gallito.
Luego de arrancar las promesas de
Don Ramón, el gallo volvió a su habitual sitio no sin antes amenazar con volver
y cobrar venganza si Don Ramón no cumplía lo prometido. Muchos explican la
leyenda diciendo que fueron los amigos de Don Ramón los que decidieron jugarle
una broma para que dejara su debilidad por las mistelas.
A continuación un video de la Iglesia de La Catedral:
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